miércoles, 10 de abril de 2013

LA VERDAD SOBRE LA MENTIROSA LECHE DE SOJA

Sí. La llamo mentirosa porque ha sido nombrada como la ‘salvadora’, la ‘sustituta’ de la leche de vaca (otro negocio más por parte de la industria ganadera que ve que sus ventas caen en picado por la gran información que existe actualmente de que la leche de vaca no es tan buena como nos hacían creer). Muchos pediatras están recomendando a las madres con bebés intolerantes a la lactosa (azúcar de la leche) o ‘por estar de moda’ (inculcada por la industria alimentaria), sustituir la de vaca por la de soja haciéndoles creer que tiene las mismas propiedades que ésta o incluso mejores. Sigue siendo aconsejada a personas adultas con alergias a los lácteos, a muchos vegetarianos (que se han vuelto adictos a ella) y a mujeres menopáusicas (por la gran desinformación acerca de que la soja les ayudará con todos esos síntomas que experimentan gracias a las supuestas isoflavonas). 
Pues bien, si nos adentramos un poco más, podremos ver que todo ésto ha ocurrido por un acuerdo entre la industria alimentaria (sobre todo ganadera), la industria dietética y la agricultura masiva de soja transgénica. Otra vez, como siempre, nos están tomando el pelo con publicidad engañosa y ganando millones de euros a costa de nuestra Salud. Ya habréis comprobado por vosotros mismos que encontramos leche de soja hasta en la misma leche de vaca, soja de todos los colores, soja en todas partes, en los supermercados convencionales y en las herboristerías, muchas de ellas con omega-3, omega-6, vitamina A y todo un surtido de sustancias químicas que nos engatusan poniendo que son minerales y vitaminas naturales. Una falacia más, otra mentira.


Me voy a centrar en la leche de soja, tal cual. Se obtiene remojando la soja (legumbre), haciéndola puré, filtrándola, hirviéndola y colando su líquido, finalizando con otro hervor
rápido. Si se hiciera este mismo proceso con otra legumbre como la lenteja o el garbanzo, ¿cómo crees que te sentaría? Vamos, sería una bomba de relojería para tu estómago.Es como tomar la legumbre por sí sola, sin cocinar lo suficiente y ésto es imposible de asimilar, generando una cantidad de gases importante y muchos efectos como:
Reducirá la temperatura corporal creando expansión y distensión en nuestro estómago.
- Hinchará nuestros intestinos creando diarreas, flatulencias e impidiendo la absorción y asimilación de los otros alimentos.
- A raíz de todo lo anterior, nuestro cuerpo reaccionará con problemas de piel, problemas en el sistema respiratorio como asma, resfriados y mucosidades, muchas mucosidades.
- Robará hierro de nuestro organismo. ‘Aunque la soja es un alimento rico en hierro, no es una buena fuente del mismo. Las proteínas de la soja no fermentada (tofu, leche y yogures de soja) forman complejos con el hierro impidiendo su absorción intestinal, e incluso del hierro procedente de otros alimentos de la misma comida‘. Olga Cuevas.
Interferirá en la absorción del zinc, con excepción de los fermentados (miso, tamari, tempeh) pudiendo disminuir la potencia sexual.
- Y con un alto contenido en purinas pero premetabolizadas en el proceso de fermentación (miso, tamari, tempeh).
Si, has leido bien, son los mismos síntomas que se pueden tener al tomar leche de vaca. La gente asidua a tomar esta leche pero que toma a menudo carne (u otro alimento contractivo), no notará los síntomas anteriores tan agudos porque esta leche (alimento expansivo) contrarestará sus excesos.
 Referente a los más pequeños de la casa, se han dado casos de bocio (carencia de yodo en la dieta) en niños alimentados con leche de soja ya que elimina el yodo del organismo.
Todos conocemos el valor protéico y las cualidades nutritivas de la soja pero sólo es capaz de trasmitirnos salud y curación si la tomamos de diferente forma como el tempeh (soja fermentada), tamari (salsa de soja no comercial), miso y de vez en cuando sus germinados (yo no soy partidaria de estos últimos ya que siguen siendo alimentos que enfrían al igual que el tofu, un inhibidor sexual que enfría nuestra apetencia sexual). Tengo que recordar que la soja verde, la que se vende como legumbre, se debe cocinar muy bien para que el organismo pueda asimilar su riqueza nutritiva. Así como el tofu y el tempeh, por ejemplo, debemos hervirlos durante 15 minutos antes de utilizarlos para luego prepararlos a la plancha o en estofado. En cambio, nunca debemos hervir ni el miso ni el tamari, hay que utilizarlos siempre al final de la cocción de lo que estemos cocinando, darles calor para que se empiecen a activar sus enzimas nutritivas. Sé también, que muchos están acostumbrados a su vaso de leche por las mañanas, a su té o su café con leche…Pues deciros que hay otras alternativas como la leche de arroz, la de avena, la de almendras o avellanas caseras (las comerciales de estas dos últimas, utilizan muchos edulcorantes como fructosa, maltosa o melazas). Aunque ahora con la moda de las leches vegetales muchas que son vendidas en supermercados convencionales ( y algunas ya en herboristerías) les añaden edulcorantes para así no notarlas sosas e insulsas y así continuar sacando negocio lácteo.
Aquí van dos recetas para que no tengáis excusas y dejéis definitivamente la leche de soja y la de vaca:
- Leche de avena (no recomendable en resfriados, mucosidades o cándidas) :
1 vaso de avena; 3 litros de agua (no del grifo); 1 rama de canela o 1 palo de vainilla; 1 pizca de sal marina.
Ponemos en la olla presión todos los ingredientes. Dejamos en ebullición 60 min. Luego, sin que esté muy caliente, filtrar con un colador el líquido obtenido. Conservar en botella de cristal. Con el líquido sobrante, podemos hacer un pastel de avena o croquetas. Comentar que el sabor no va a ser el mismo que la leche de avena que venden por eso aconsejo añadir melaza de arroz para ir acostumbrándose al nuevo sabor.
- Leche de almendras
: Utilizaremos almendras crudas que pelaremos fácilmente escaldándolas en agua hirviendo. Troceamos y mezclamos con agua mineral (aprox. 1 taza por cada 2 cucharadas de almendras troceadas). Batimos con una batidora potente
 
insistiendo hasta que el líquido resultante sea blanco y las almendras estén totalmente trituradas. Pasamos la leche resultante por una gasa estrujando o colador de tela. Para extraer un poco más, volvemos a mezclar la pulpa de las almendras con un poco más de agua y repetimos la operación hasta que el líquido ya no salga blanco. Podemos endulzar, si queremos, con un poquito de azúcar de rapadura o melaza de arroz. Guardar en la nevera y en botella de cristal. Y aquí lo mismo, como he comentado antes, no la notaréis tan dulce que la que viene en tetra-brick. ¿Por qué será?….
Aunque ¿por qué tomamos leche (cualquier tipo) en la edad adulta? ¿La necesitamos realmente? ¿Qué cuerpo la necesita? ¿El físico o tal vez el emocional?
¡Hagámosnos mayores y dejemos el biberón de una vez por todas!¡Leche!

Fuente: Isasi; www.nutricionencasa.com

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