lunes, 8 de abril de 2013

EL ESTRÉS Y SUS CONSECUENCIAS

El estrés es una consecuencia directa de la sociedad en la que vivimos, en la que cada día nos vemos sometidos a más exigencias y presiones a las que tarde o temprano no somos capaces de dar respuesta. Más que una enfermedad, el estrés es un estado de fatiga que se manifiesta a través de una serie de trastornos físicos y psicológicos.


El estrés se relaciona con las respuestas fisiológicas y psicológicas de un individuo ante los estímulos y demandas de su entorno social.

Aunque solemos asociar el concepto con el malestar, en una primera instancia el estrés se relaciona con los procesos de adaptación a las demandas del entorno. En una segunda instancia, cuando la persona es incapaz de dar respuesta a esas exigencias, estamos ante la definición habitual del estrés: un estado de fatiga física y psicológica provocada por exceso de trabajo, desórdenes emocionales o cuadros de ansiedad.

¿Cuáles son sus causas?

Las causas por las que una persona puede desarrollar estrés son diversas. Aunque ciertos sucesos vitales que afectan a la familia o el entorno social en que uno vive puede ser causa del estrés, sin duda el factor más habitual es la presión en el ámbito laboral. Esta situación generalmente está provocada por unas condiciones de trabajo y formas de organización que responden más a procesos tecnológicos y criterios productivos que a las capacidades, necesidades y expectativas del individuo.

Aún así, es bastante habitual que un mismo entorno laboral genere distintas respuestas en los individuos. Esto indica claramente que los factores externos son tan sólo un elemento (en ocasiones determinante, en otras secundario) en el desarrollo del estrés en una persona. Más bien, su desarrollo está condicionado por la capacidad de cada uno para hacer frente a situaciones estresantes, en las que tienen especial importancia sus características particulares, como la personalidad, las estrategias que adopta y el apoyo social con el que cuenta.

¿Qué consecuencias puede tener en la salud?

De la misma manera que no hay una única respuesta ante situaciones estresantes, tampoco las consecuencias son siempre las mismas, aunque hay una serie de enfermedades y trastornos físicos y psicológicos que suelen afectar a las personas que padecen el estrés.

En el plano fisiológico, puede provocar:
  • Trastornos Cardiovasculares (hipertensión arterial, taquicardias o enfermedad coronaria); 
  • Trastornos Respiratorios (asma bronquial o hiperventilación); 
  • Trastornos Gastrointestinales (úlcera péptica, colitis ulcerosa y estreñimiento); 
  • Trastornos Dermatológicos (sudoración excesiva y dermatitis), 
  • Trastornos Musculares (tics, temblores, contracturas) 
  • Trastornos Sexuales (impotencia, eyaculación precoz, coito doloroso y alteraciones del deseo). 

En el plano psicológico, se pueden observar alteraciones como miedos, fobias, depresión, trastornos de la personalidad, conductas obsesivas y compulsivas, y alteraciones del sueño. Todas estas alteraciones pueden estar acompañadas por trastornos cognitivos, como incapacidad para la toma de decisiones, dificultad para concentrarse, olvidos frecuentes e irritabilidad.

¿Cómo se puede combatir el estrés?

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (Ministerio de Trabajo e Inmigración) propone una serie de intervenciones sobre el individuo para darle herramientas que le permitan afrontar el estrés.

  • Pensar siempre en positivo. Es imprescindible aprender a valorar los recursos con que cada uno cuenta para afrontar situaciones estresantes, así como darle a las cosas su verdadero valor sin caer en interpretaciones distorsionadas y dramáticas de la realidad.
  • Controlar las reacciones de nuestro organismo ante situaciones estresantes. Para ello existen técnicas de relajación física y mental (que hacen hincapié en la relación entre una mente sana y un cuerpo sano) y de control de la respiración (que nos enseñan a tener una adecuada oxigenación en una situación de estrés).
  • La autoestima, bien alta. Estas técnicas buscan desarrollar la capacidad para manifestar sentimientos, deseos y necesidades con claridad, y a la vez aprender habilidades sociales para aumentar la seguridad personal en el manejo de situaciones.
  • Bien rodeado siempre es mejor. Es muy importante tener el apoyo de familiares, amigos y compañeros, porque facilitan su integración y adaptación y son un respaldo constante para la persona.
  • Desarrollar un estilo de vida sano y activo. Mantener un buen estado físico y adoptar hábitos alimentarios saludables también ayudan a prevenir el estrés.

Para tener en cuenta

Es cierto que el estrés pone a nuestro organismo en una situación de indefensión y vulnerabilidad. Pero también puede interpretarse que estos trastornos actúan a modo de fusible, haciéndonos una llamada de atención sobre la necesidad de cambiar algo en nuestras vidas.

Como el estrés es una patología producida por una mala adaptación al entorno social, es evidente que es mucho lo que podemos hacer para modificar esa situación y re-adaptarnos en unas condiciones saludables. Aunque en algunos casos puede ser necesario un tratamiento que incluya la prescripción de tranquilizantes y ansiolíticos por parte del profesional médico, la realidad es que gran parte de las soluciones las podemos encontrar aprendiendo a controlar nuestra ansiedad y valorando los recursos que tenemos para afrontar los desafíos que se nos plantean a cada momento.
Algunos datos sobre el estrés

  • 43 % de las personas adultas sufren efectos adversos en su salud ocasionados por el estrés.
  • Del 75 al 90 % de las visitas al médico se deben a enfermedades relacionadas con el estrés.
  • El estrés está relacionado con las principales causas de muerte: enfermedad cardiaca, cáncer, enfermedades del aparato respiratorio, accidentes, cirrosis hepática y suicidio.
  • Un estudio realizado con hombres de mediana edad, mostró que aquellos que carecían de  apoyo emocional de otras personas durante sucesos estresantes severos, tenían una probabilidad 5 veces mayor de morir en los 7 años siguientes que aquellos con apoyo emocional.

    Fuente: 
    Notas Técnicas de Prevención Nº 318, 349, 355 y 439. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, Ministerio de Trabajo e Inmigración. Saludenfamilia.es
    http://www.cepvi.com

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