Un hombre
en Estados Unidos recibió una indemnización de US$7,2 millones por daños tras
haber desarrollado una enfermedad crónica pulmonar que, dijo, fue causada por
inhalar la mantequilla artificial de palomitas de maíz.
El tribunal
federal en Colorado acordó que Wayne Watson, de 59 años, debía ser indemnizado
por el fabricante y la cadena de supermercados por negligencia al no advertir
en un etiquetado sobre el peligro de esta sustancia.
¿Odia
las verduras? Coma
palomitas
Los
antiguos peruanos comían palomitas de maíz
No es el
primer caso vinculado a este compuesto químico, llamado diacetil, que se usa en
la industria alimentaria como saborizante químico.
E incluso a
la enfermedad asociada a la inhalación de este compuesto se le conoce como
"enfermedad pulmonar de las palomitas".
El
trastorno, cuyo nombre es bronquiolitis obliterante, es una
afección pulmonar obstructiva que dificulta el flujo del aire a los pulmones y
es irreversible.
Pero, ¿qué
cantidad de diacetil puede causar esta enfermedad irreversible? Y si
es peligroso inhalarlo, ¿por qué no se ha hecho más para crear
conciencia de sus riesgos?
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Se enferma por comer palomitas de maíz
El
primero Wayne Watson es el primer consumidor de palomitas de microondas al
que se le disgnostica esta enfermedad, según informó su abogado.
El hombre
fue diagnosticado en 2007 en una clínica en Denver después de lo que dijo eran
"años de inhalar el olor de la mantequilla artificial de las palomitas
que comía todos los días".
La
enfermedad bloquea el movimiento del aire en los pulmones.
Los otros
casos asociados a la inhalación de diacetil, presentados en los pasados 15
años, han sido principalmente de trabajadores de las fábricas productoras de
palomitas donde se usa el ingrediente.
Según los
Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos,
"los trabajadores de plantas de palomitas de maíz de microondas y fábricas
de saborizantes artificiales han desarrollado enfermedad pulmonar obstructiva
que puede ser severa".
"En
muchos casos en los que se llevó a cabo una biopsia, se encontró un tipo de
bronquiolitis llamada bronquiolitis constrictiva obliterante".
"En
esta enfermedad, las vías aéreas más pequeñas en los pulmones, los bronquiolos,
desarrollan cicatrices y se ven constreñidos, bloqueando el movimiento del
aire", informan los CDC.
Sin
embargo, aunque se conocen los riesgos de inhalar cantidades
"industriales" de diacetil, hasta ahora nadie había desarrollado la
enfermedad por inhalar pequeñas cantidades del compuesto.
"Improbable"
Tal como le
explica a BBC Mundo el profesor Miguel Calvo Rebollar, experto en aditivos y
colorantes alimentarios de la Universidad de Zaragoza, España, este caso es
"sumamente improbable".
"Hasta
ahora había sido totalmente desconocido que aspirar el aroma de las palomitas
de maíz en la bolsa pueda causar esta enfermedad", dice el experto.
"La
enfermedad está vinculada a la inhalación de cantidades enormes, como los
trabajadores de las fábricas".
"Pero
la cantidad que se utiliza en los alimentos son mínimas, son de pocas decenas
de microgramos por kilo".
El
diacetil, explica Calvo Rebollar, es un subproducto natural de la fermentación.
Y se le añade a algunos alimentos para que le impartan un sabor artificial de
mantequilla.
"Si
vamos a alertar al consumidor de todos los riesgos que tenemos con un producto,
una bolsa de palomitas debería llevar unas 200 etiquetas de advertencia.Y la
primera sería sobre el riesgo que puede tener una persona de atragantarse con
una palomita"
Prof.
Miguel Calvo Rebollar
Además de
las palomitas de maíz, se usa en margarinas y ciertas aceites de cocina, como
los que se venden en aerosol.
Según el
especialista español, todos estos productos llevan cantidades muy pequeñas de
diacetil porque de lo contrario el olor de la sustancia sería contraproducente.
"Si se
le usara en cantidades grandes las palomitas olerían mal, tendrían un dolor
dulzón, poco agradable y repelente. El olor a mantequilla se da usando
cantidades pequeñísimas", afirma.
Por otro
lado, agrega, no se sabe cuál es la cantidad que se usa en estos productos
porque la industria no tiene que informar sobre estos compuestos.
"Pero
aún así, a menos que haya sido una cantidad accidental la que provocó la
enfermedad de este individuo, me parece un caso sumamente improbable",
expresa.
Aunque en
el caso de Wayne Watson se acusó a los fabricantes y supermercados de
negligencia por no advertir sobre los riesgos potenciales, el profesor Calvo
Rebollar no cree que sea necesario que estos productos lleven estas advertencias.
"Si
vamos a alertar al consumidor de todos los riesgos que tenemos con un producto,
una bolsa de palomitas debería llevar unas 200 etiquetas de advertencia",
dice.
"Y la
primera sería sobre el riesgo que puede tener una persona de atragantarse con
una palomita".
"Creo
que los jurados estadounidenses a veces se dejan influir en exceso por ideas
extrañas. Y yo no creo que consumir o inhalar este producto sea
peligroso".
"En la
Unión Europea, igual que en Estados Unidos, hay regulaciones muy estrictas
sobre las cantidades seguras de aditivos y saborizantes que se pueden usar en
los alimentos".
"Así
que yo no me preocuparía por comer este producto", agrega el investigador.
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