lunes, 25 de marzo de 2013

ACUPUNTURA




Algunas momias de la Edad de Piedra ya mostraban tatuajes que, lejos de ser decorativos, indicaban las zonas corporales que se corresponden con los puntos de acupuntura. Hoy en día, numerosos estudios evalúan la posible aplicación de esta terapia en diversos trastornos.
De acuerdo con la teoría de la medicina tradicional china, el dolor y la enfermedad aparecen cuando existe un desequilibrio entre las dos fuerzas corporales (el ying y el yang), con lo que se bloquea el flujo de la energía vital (qi).
La acupuntura estimula ciertos puntos (hasta 2.000 puntos, situados a lo largo de los 12 meridianos y 8 submeridianos en que se divide el cuerpo, cada uno correspondiente a un órgano o sistema orgánico) con el fin de redirigir el qi.
La medicina moderna también ha estudiado la acupuntura para dar una explicación más científica a sus efectos. Aunque todavía se desconoce cómo funciona exactamente, se sabe que actúa sobre el sistema nervioso, estimulando la actividad de sustancias analgésicas (como las endorfinas y las células del sistema inmune) en determinados puntos del organismo.
Asimismo, otros estudios han desvelado que la terapia china altera la química cerebral, modificando la liberación de neurotransmisores y hormonas y, de este modo, afectando a las partes del sistema nervioso relacionadas con las sensaciones y las funciones involuntarias del organismo (reacciones inmunes, flujo sanguíneo, tensión arterial...)
Y es que en las últimas décadas esta técnica milenaria de origen asiático ha ido introduciéndose en los países occidentales para aliviar diversos dolores, desde la lumbalgia hasta las molestias posoperatorias. En algunos, como la artrosis, su eficacia parece más que probada, mientras que en otros todavía aparecen estudios con resultados contradictorios.
Fuente: ISABEL ESPIÑO

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